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El Valle de Napa, a una hora de San Francisco, es una de las principales zonas vinícolas del mundo y un reclamo para más de 5 millones de turistas al año, pero si se confirman los temores de algunos científicos, sus más de 300 bodegas podrían tener las horas contadas. Según un estudio de la Universidad de Southern Oregon, en el noroeste de EEUU, el cambio climático está alterando de manera radical los ciclos de maduración de las uvas en 27 de las principales regiones productoras de vinos del mundo, incluidas Napa y el sur de Europa.
En Napa, por ejemplo, la temperatura mínima ha subido cinco grados en los últimos 75 años y ello ha afectado a los viñedos, afirma el estudio, publicado en la revista ‘Proceedings’ de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU y uno de los últimos realizados sobre la materia. Los responsables de la investigación no descartan que la zona sea en el futuro demasiado cálida para producir buenos vinos y lo mismo podría ocurrir con otras regiones hoy mundialmente conocidas por sus caldos. «Si estás en una región cálida como el sur de Europa o algunas zonas de Australia el calentamiento global podría suponer que el área no sea adecuada para producir vino de calidad en el futuro», dijo a EFE Gregory Jones, profesor de climatología en la Universidad de Southern Oregón y uno de los autores del análisis. «Las regiones ni demasiado cálidas ni demasiado frías tendrán dificultades con algunas variedades de uva y tendrán que adaptarse de alguna manera», añadió.
El problema radica en que el calor altera el proceso de maduración de las uvas, haciendo que adquieran el grado alcohólico óptimo antes de madurar por completo y manifestar todas sus características. Es decir, el vino producido por estas uvas tiene más alcohol pero su calidad es inferior. La acidez también es más baja, por lo que es más fácil que se contaminarse con microbios. A ello hay que añadir que la subida de las temperaturas beneficia a las plagas que afectan a los viñedos y que normalmente mueren con el frío.
Entre las soluciones propuestas por los expertos está la clonación para conseguir cepas más resistentes o, sencillamente, aceptar la situación y trasladar los cultivos hacia zonas más frescas a medida que las temperaturas aumentan. Esta última opción hará que el cambio climático también tenga sus ganadores, al menos en términos vinícolas. «Si estás en una región fría como Alemania, algo más de calor es beneficioso porque hace que la maduración sea más constante e incluso permite cultivar nuevas variedades», dijo Jones. Regiones alemanas como las cercanas a los ríos Rin o Mosela han producido en esta década los mejores vinos de su historia gracias al aumento de las temperaturas. En Gran Bretaña, donde se había abandonado la producción de vino desde el fin del calentamiento global de la Edad Media, existen hoy unas 400 bodegas en Gales e Inglaterra. En EEUU, los grandes beneficiados serán los productores del noreste y del noroeste del país, regiones como Oregón, Washington o el norte del estado de Nueva York donde el exceso de humedad impide lograr hoy caldos de la calidad de los de California. En ese Estado el calentamiento global amenaza a un sector que mueve más de 2.900 millones de dólares anuales.
En el Valle de Napa, la bajas temperaturas de este verano habían echado a volar las esperanzas de un año de excepcional calidad, pero las primeras cifras de la vendimia hablan también de una enorme producción que presionará los precios de la uva aún más a la baja. La recesión ha llevado a los precios de la uva a caer un 30% este año en EEUU y a ello se une que la demanda de vino, especialmente los de alta calidad, ha bajado en picado.
Ingeniero Técnico Agrícola. UPV.
Colegiado nº: 2413
Especializado en Viticultura.
Gerente de Viveros Barber.