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1- Dónde crecen las Uvas?: Temperatura, Iluminación y precipitación.
Las cepas de viña poseen unas exigencias climáticas muy concretas en cuanto a temperatura, iluminación y precipitaciones.
Es cierto que muchas variedades son resistentes a la sequía, otros a las heladas de invierno y otras requieren pocas horas de luz para su correcta maduración.
2- Necesidades térmicas del Viñedo
Evidentemente la temperatura depende entre otros factores de la continentalidad o proximidad al mar, de la altitud y de la altimetria.
A nivel munidal la vid, salvo variedades concretas y zonas peculiares, se puede cultivar entre los paralelos 50ºN y 40ºS.
Recordaremos que aproximadamente a partir de estas latitudes cada grado que aumenta esta latitud la temperatura desciende aproximadamente 0.6ºC.
Lo mismo ocurre con la altimetria y que a partir de una elevación determinada el aumento de 100 metros supone una disminución de aproximadamente 0.5ºC.
Los efectos de la latitud y altitud son modificados por el papel regulador que ejerce la proximidad de grandes masas de agua, como ocurre en la proximidad del mar y en la de los grandes lagos, tanto en Europa como en América, pero también, los propios cauces de los ríos actúan como efecto regulador sobre la temperatura lo que permite la presencia de grandes y estupendos viñedos en el entorno de estas masas de agua.
En España dos ejemplos son, las dos Riberas de los Grandes ríos Duero y el Ebro, donde se encuentran dos de las mejores zonas vitícolas nacionales, la Rioja y la Ribera del Duero.
3- Límites para el cultivo de la vid.
Los límites técnicamente razonables para el cultivo de la vid van desde el nivel del mar hasta unos 780 m de altitud, aunque hay viñedos más altos incluso llegando hasta los 1.200m.
Como planta, la vid posee un óptimo término entre los 9 y 18ºC, aunque éstos límites dependen de variedades, patrones y condicines especificas del entrorno que pueden modificar los limites tolerados por las cepas.
El limite térmico que permite la adecuada maduración de la uva no es fácil de determinar pero las temperaturas deben de superar al menos los 18ºC a partir del enverado.
Las necesidades medias de calor para las variedades viticolas están alrededor de 2.900 a 3.100ºC (Suma de las temperaturas medias mensuales durante un año).
Los limites que producen heladas en las cepas no son fácilmente determinables ya que los efectos del frío en las inflorescencias son patentes a partir de -0.3ºC, mientras que la vegetación del viñedo aguanta sin síntomas evidentes hasta -2.5ºC sin sufrir heladas fuertes.
Hay variedades que son muy sensibles en brotación y los efectos del frío los manifiestan a 0.2ºC y las heladas a -0.1ºC.
De todas formas la sensibilidad a las heladas invernales tienen efectos más claros, pues los daños en yemas empiezan a -12ºC mientras que la madera soporta bien hasta los -16ºC/-18ºC.
Los cambios bruscos de temperatura son más perjudiciales que bajadas progresivas y las plantas con exceso de producción y con problemas de agostamiento son mucho más sensibles a los excesos del frío invernal.
Recordar que hay variedades concretas que pueden soportar incluso temperaturas menores.
4- Iluminación. Necesidades lumínicas de la viña.
Las necesidades de luz en la vid son muy altas, siendo una planta de días largos cuyos requerimientos básicos van entre las 1.200 a las 1.800 horas.
Los efectos de la pendiente y el color del suelo influyen mucho en la iluminación de los racimos y en las horas de calor que éstos reciben.
Las pendientes orientadas al sur y al este tienen mejores iluminaciones al igual que ocurre si las pendientes son mayores.
5- Pluviometría. Mínimos necesarios para el cultivo de la vid.
Aunque la vid es una planta que soporta muy bien la sequía, especialmente si ésta es progresiva, necesita para cubrir sus necesidades entre 500 y 600 mm de agua al año.
Esta pluviometría se alcanza con dificultad en muchas zonas de cultivo de la vid del este y sur peninsular, donde las cepas producen gracias a las técnicas de manejo del suelo incluso con menos de 330 mm anuales.
El reparto de las lluvias en el ciclo vegetativo es tanto o más importante que la pluviometria total de la zona.
Pluviometrias altas y humedades o encharcamientos más o menos permanentes en las parecelas «disparan» los ataques por hongos como mildiu y botritis, consituyendo unos problemas importantes en el cultivo de la viña.
La capacidad de adaptación de las cepas a condiciones climatológicamente desfavorables es muy alta y la vid tiene hoy una amplia distribución mundial desde zonas tropicales y subtropicales, pasando por zonas semidesérticas o incluso en peligro de desertización y llegando a zonas frias.
Los cambios térmicos día/noche son muy importantes para una buena evolución del ciclo vitícola y la obtención de vinos aromáticos, afrutados y finos.
Existen variedades bien adaptadas a condiciones locales que pueden parecer extremas para el cultivo como ocurre con la Monastrell en determinados suelos muy secos ny climas muy duros.
6- Conclusión
Es necesario conocer las exigencias de la vid, en cuanto a condiciones climáticas se refiere, pero mediante el manejo de éstas condiciones ambientales, maximizando iluminación y adecuando disponibilidad hídrica y valores térmicos puede mejorarse mucho la calidad de la vendimia e incluso pueden conseguirse excelentes vinos fuera de las condiciones consideradas «a priori» como adecuadas para el cultivo v
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Puede ampliar y profundizar información en alguno de estos artículos de viticultura publicados en este blog:
- ¿Cuánto cuesta plantar un viñedo?
- ¿Cómo se planta una viña?
- ¿Cuántas plantas caben en mi terreno?
- ¿Cuál es la mejor época de plantación de la viña?
- ¿Cómo plantar un pequeño viñedo?
Ingeniero Técnico Agrícola. UPV.
Colegiado nº: 2413
Especializado en Viticultura.
Gerente de Viveros Barber.